Gaf y La estrella de la muerte |
Ante el espectro tan amplio de sonidos y estilos que podemos encontrar en la música, un músico que se precie no puede cerrarse a un sonido determinado sino que tiene que estar abierto a todas las influencias auditivas que le puedan llegar, ¿pues no es para un músico el mejor alimento la diversidad rítmica y armónica?
Mladen Kurajika "aka" Bonnie, lleva más de una década batallando y haciendo que la música experimental en Canarias tenga un nombre. Desde los desaparecidos Emeth, los múltiples formatos de GAF (proyecto con el que recientemente han fichado por Foehn records) o el más ruidista Afgan, no ha parado de investigar y colaborar con otros músicos sin cerrarse a ningún sonido concreto, sino que con gran iniciativa despliega una amplia variedad de estilos e influencias. Además de miembro del Colectivo Drone, ha colaborado en la organización de los festivales Croma, Próximos y también ha tenido un papel destacado en las dos ediciones del Keroxen.
¿En qué momento se encuentra Gaf después de fichar por Foehn records?
Gaf está en un buen momento, la cosa va marchando y estamos en el camino. Son ya diez años desde que el proyecto está activo, con sus pausas, pero parece ser que ya está llegando a alguna parte, el dónde, no lo sabemos. El sello está interesado y nos empuja a seguir para delante, saca nuestro material y nos está promocionando, también parece que tiene buena crítica en los círculos más especializados. Llevamos dos años a saco, por eso hemos sacado dos discos y ahora estamos grabando el tercero, el año pasado no paramos de tocar y este año sigue existiendo buena oferta , lo que nos da una cierta comodidad a la hora de plantearnos el futuro. Si seguimos así, pues disfrutaremos, pero no sé hasta donde podremos llegar.
Los grupos se quejan de que no existen locales para tocar en la isla, aunque ahora con el Honky eso ha cambiado un poco, pero el año pasado fue raro el mes en el que no hicieran algún concierto.
El año pasado hicimos aproximadamente unos treinta conciertos, tocamos en casi todos los grandes eventos de Tenerife, en Las Palmas, la Peninsula, París, Amsterdam, Berlin... y México este año. Ha sido constante, pero no sólo a nivel de tocar sino también a nivel de producir, montar cosas, todo al fin y al cabo es lo mismo porque si no estas tocando igual estas montando algo, al mismo tiempo estás aprovechando para hacer contactos y mover la cosa de otra forma. El año pasado fue curioso porque hubo bastante movimiento en Tenerife y la gente quería contar con nosotros, tanto un par de festivales grandes que ha habido, como el Espacio Enter del TEA o el Eólica que creó el Espacio Experimental, como otros eventos. La verdad es que nosotros siempre estábamos dispuestos y esa es la razón, el sufrimiento y a veces el masoquismo de uno para tocar tanto.
¿De dónde sacas tiempo para tantas colaboraciones?, porque no sólo es Gaf o Afgan, sino Pumuky, Tupperware, Rob Mazurek, Stephen Lawrie, ahora la colaboración con Élida, que era ya lo que te faltaba, el hacer bandas sonoras.
Hay un proyecto en camino con D.WattsRiot y con Juan Belda hay otra colaboración, pero ahora estámos aprovechando para grabar el tercer disco que es La Estrella de la muerte, con el formato que estamos tocando ahora, y después necesitaremos un descanso, dedicarnos a tocar los temas de siempre, los de toda la vida. También es curioso que hace tres años cuando trabajaba con dos o tres miembros de Gaf, cuando haciamos sólo Gaf, lo grababa y lo llevábamos al directo, sacamos tres discos y también fue una locura, y luego de repente tres años sin nada, todo se acumula y ahora, con lo de Foehn nadie esperaba esto. Íbamos a hacer un disco poco a poco, pero resultó que les mostré, en una feria a la que fui a tocar con Pumuky en el Monkey Week, una maqueta con los temas de tres formatos y nos dijeron, pues los tres formatos. Era un momento en el que ya pensábamos incluso en la autoproducción, a nivel local.
¿A qué se deben las diferentes formaciones de Gaf ?
Eso tiene que ver más con la filosofía misma del proyecto, de hecho nos tratan como si fuéramos un colectivo, que puede ser. En Foehn nos toman directamente como Gaf para simplificar las cosas, pero aunque sean diferentes formatos, realmente es el mismo rollo aunque los componentes son distintos y también el material. Nosotros somos bastante abiertos, nos gustan un montón de cosas, y a la hora de hacer un disco, de hacer un formato, tenemos que desechar muchas cosas por aspectos estéticos y también por la infraestructura. Hemos pensado que lo mejor es separar, los tres formatos están en activo pero cada uno a su tiempo porque son estilos distintos. La Supreme es más duro, con temas más largos, más experimental e instrumental, más drone; La Estrella de la Muerte es más suave, más folk y comercial, y Gaf sólo puede ser cualquier cosa, de todo un poco.
Con respecto a Afgan, es un proyecto bastante arriesgado porque cuando todo el mundo busca la armonía, aquí investigas más en lo inarmónico, que es por donde le queda mucho camino a la música por desarrollarse. ¿Puede considerarse tu proyecto más personal?
Quizás porque en Gaf no encontraba su salida, surge como necesidad de investigar, explorar un universo que no es posible ni con Gaf ni con Tupperware, el ambient y el ruido. Precisamente por eso no hay melodía, se centra en la nada, en el silencio, es como una autopista constante que va para arriba, normalmente son sets de un tema o como mucho dos, que empieza en una parte y termina en otra no se sabe donde. Lo que intento conseguir es la bulla, y muchas veces en la medida de lo posible provocar una reacción física, que no es fácíl porque necesitas mucho sonido. Es una música oscura, intento que no se me vea a mí, que yo no esté presente, crear una atmósfera y dejar que se desarrolle por si misma, por supuesto siempre dependiendo de mi estado de ánimo.
Afgan |
Afgan me parece bastante respetable porque es una música que si ya no es fácil de aceptar a nivel especializado, el hacerlo en un círculo reducido como éste es más loable si cabe por su dificultad. ¿Cómo ves su aceptación en Canarias?
Está claro que es una música que le gusta a pocos, o que pocos están dispuestos a adentrarse en ese mundo porque es incómodo, una paranoia o no le ven sentido, y la gente no se encuentra muchas veces cómoda cuando algo es perturbador, pero eso es precisamente lo que busco.
¿Aceptación? Pues a nivel de eventos o festivales experimentales la tiene, y a la gente le gusta. Aunque es un rollo muy minoritario, también en los dos últimos años se ha creado una especie de escena de igual 50 o 60 personas a las que le gusta y lo entienden, o que por lo menos lo consideran.
¿Cómo ves el panorama de la música experimental en las islas?
Yo lo veo bien, porque como ya te he comentado, en los últimos años han habido una serie de eventos y nosotros como colectivo seguimos apostando por ello, por hacer talleres, aunque es una cosa minoritaría. También la unión de las artes pues le dió a la música otra dimensión, todo lo que esta haciendo Midea, Rafa Pinillos con la pintura y las imágenes, se ha creado de repente una escena de la improvisación, ha surgido el Generador, está el Tanque con el Keroxen estos dos años, es algo bastante positivo. De hecho creo que a nivel nacional en Tenerife hay intercambio, viene la gente de la escena experimental y hay aceptación si no, no existiría esto. Sobretodo hay una especie de fusión, una música más electrónica, drónica, más orgánica, con improvisación libre, gente de conservatorio, Hormiga de Pan, Sal om Free, Rafa Pinillos..., hay bastante gente que está haciendo, programando, organizando y promoviendo, de forma que no nos podemos quejar. Aunque es complicado, depende mucho del ánimo de la gente, o de las subvenciones, pero también hay locales con iniciativa como El Generador.
No crees que el Keroxen es uno de los mejores festivales que se han hecho en las islas en los últimos años.
Desde luego, y hay tres factores para ello. El primer factor es el promotor, que es Néstor. La idea de montar un templo de música, un espacio para las artes menos favorecidas es el motor impulsor fundamental, una cosa tan ambiciosa necesita tener a alguien fuerte detrás y ese es Néstor.
Lo segundo es el espacio, que ya de por sí es un organismo vivo, la gente que ha venido a tocar aquí se queda emocionada porque es un sitio increible, de hecho en España no hay un lugar así. No es solamente el idear el proyecto sino que también sobre la marcha surgen otros proyectos, como sucedió la 1ª edición con la Muralla Sonora y con el concierto de Gaf con Sal om Free, experimentos raros que se dan porque el lugar inspira. Es muy raro encontrar este tipo de sitios en España para la música experimental, quizás alguna catedral.
El tercer factor es el criterio a la hora de seleccionar sin denegar ni bloquear propuestas locales, porque es un espacio que se basa fundamentalmente en las propuestas locales. Néstor pone a la gente de aquí en comunicación y así surgen proyectos nuevos, es un espacio de creación in situ. Se ha traido un cartel arriesgado, pero un cartel de primera categoría en España, igual lo pones en una sala o en un centro cultural y no luce tanto porque puede ser un poco ya caduco, pero en este sitio cobran una nueva dimensión. El elenco de artistas que hay aquí es único porque es otra forma de ver su música.
Tú que has sido jugador de ajedrez, ¿crees que a la hora de componer música puede haber algún tipo de estrategía similar?
Puede ser, la mente es complicada, yo nunca lo he analizado pero nuestra forma de pensar, de crecer, de relacionarnos pues evidentemente se traspasa a otros terrenos. Depende de tu estilo de juego, el ajedrez puede ser muy matemático, muy lógico, muy teórico y también muy improvisado, puede ser freejazz, y a mí me gusta mucho el ajedrez sobre la marcha, de improvisar, de abrir y experimentar. La mayoría de los ajedrecistas lo que hacen es escudarse en la teoría, en lo que ya está comprobado; puedes hacer una canción que guste con una fórmula que ya sabes que funciona, lo haces y puede ser un éxito, pero también hay otro rollo que es lanzarte, experimentar y no tener miedo, en ese sentido sí puede existir una relación.
Texto y fotos: Rayco Arbelo y Eva Sanabria
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